lunes, 29 de agosto de 2011

Una Hoja Olvidada en el Vaso Perdido (El cuchillo, la caja musical y la mosca)

EL silencio abre mis ojos
Un leve temor que va desapareciendo.
Paso a Paso me libero de mi misma.
La quietud permanece.
El amor y la quietud permanecen.
Como humanidad somos sólo testigos breves,
tan breves entre las horas y el movimiento.

Una noche en el desierto basta
para que así el verde sea más verde

Poseemos la Memoria
Hemos roto las cadenas de Lethos.

Nuestras escamas se alistan cercanas al agua,
nuestra piel se oscurece para el astro sol y sus tamarugales,
nuestro corazón se templa para ser el centro imbricado,
el centro de Luz
con ojos de camaleón, observando el vacío de la existencia,
la poca importancia de la vida y de la muerte,
como si fuera algo que debiéramos entender.
Nohaynada Que Entender.

Lo que vemos es un paisaje interno.
Mientras nos guíe su hambre y necesidad,
lleguen a concordar lo de adentro con lo de afuera,
volveremos entonces al amor y a la quietud que permanecen.
Es la unidad perfecta.

Todo ser emplumado que surque un trozo de cielo
es mi inhalación profunda.
El Desierto mi fortaleza.
Las Montañas mi energía vital.
Las cascadas hacia el mar el recorrido de mi sangre.

Las ciudades cierran mi historia y derrumban mis árboles,
construyen sobre mi piel cerrándome los poros,

debo sacudirme...

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