Incluso lo que está presente.
Vivir, amar, volar, vibrar
que todo se derrita en un momento
que se inhalen los pájaros de un otoño verde,
cantando armónicos mirando la luna que nos hunde sabiamente
no espero el tiempo ajeno, porque es la muerte
y nos enajenamos para no morir
aunque nada que podamos hacer
dejará de vaciarnos por dentro,
hasta volver a habitar el espacio que nos corresponde.
Sólo sigue caminando.
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